Alphaville (1965)

Alphaville, une étrange aventure de Lemmy Caution

(también conocida en castellano como Lemmy contra Alphaville)

Hoy toca comentar una curiosa película francesa de Jean-Luc Godard, que ha sido definida como perteneciente al género de la ciencia ficción filosófica. El caso es que la vi programada hace unos días en TCM clásico, y a su vez, programé su grabación para verla con tranquilidad cuando llegase el caso. Una tarde de domingo otoñal y lluviosa proporcionó el momento adecuado. Y como veremos más adelante, la película planteo una relación con la fotografía que yo no había aventurado.

En algún lugar de la galaxia encontramos Alphaville, una ciudad con una sociedad distópica, gobernada por los principios de la lógica y de la ciencia por un megaordenador llamado Alpha 60. A esta ciudad llega de los países exteriores el agente secreto que se hace pasar por periodista Lemmy Caution (Eddie Constantine), que es alojado en un hotel de la ciudad. Pronto vamos descubriendo elementos que nos hablan de las «anomalías» de la sociedad. Empleadas de hotel cuya categoría es «seductoras de tercera clase» pero que no muestran ningún tipo de emoción, y con números tatuados en alguna parte de su cuerpo, biblias de hotel que consisten en diccionarios frecuentemente actualizados, palabras cuyo significado no es comprendido por los ciudadanos de esta ciudad, o personas que mueven la cabeza en negación cuando quieren decir sí o al contrario. En el hotel, se encontrará con Natacha von Braun (Anna Karina), la hija de un científico que años atras, en 1964 (la sociedad no solo es distópica; también es ucrónica), abandonó los países exteriores y se refugió en Alphaville. Caution debe localizar primero a otro agente perdido, y luego al Doctor Von Brawn, con el fin de derribar el régimen de Alphaville.

Como ya sea ha comentado, la acción de la película se dispone en una sociedad que es a la vez distópica y ucrónica. A pesar de que implícitamente se entiende que están más avanzados en ciencia, y que se da por descontado el viaje interestelar, los objetos cotidianos son los propios de la sociedad europea de los años 60 del siglo XX. Los automóviles, los teléfonos, los ordenadores tipo mainframe, todo ello es identificable como propio de esa época. Es evidente que Alphaville es un versión distópica de la ciudad de París, aunque se eviten cuidadosamente en el metraje los monumentos más reconocibles. Pero ahí está el metro, o las calles, o el bulevar periférico. También tiene unas dimensiones desconocidas. Cuando un taxista propone al protagonista si quiere que le lleve por el norte o por el sur, y este le pregunta qué diferencia hay, la respuesta es «por el norte nieva, por el sur hace sol».

Sin embargo, no es el auge de los totalitarismos el que ocasiona esta sociedad distópica. El contenido filosófico de la película contrapone la idea de la frialdad científica y lógica, que acaba anulando la voluntad y la vitalidad del ser humano, frente a la imprevisibilidad y creatividad del ser volitivo, que ama y odia. Como, símbolo de la sociedad totalitaria, además del ordenador Alpha 60, homólogo del «Hermano Mayor» de 1984Ya sé que habitualmente «Big Broter» ha sido traducido por «Gran Hermano», pero sigo pensando que eso no tiene sentido. La traducción correcta ha de ser «Hermano Mayor» que da pleno sentido a lo que pasa en la obra.  , aparece la representación de dos de las ecuaciones que marcaron los cambios en el paradigma de la física ha principios del siglo XX. Nos referimos a la equivalencia entre la masa y la energía de la teoría de la relatividad de Einstein (E=mc²), y a la energía de los fotones en función de la longitud de onda de la luz propuesta por Planck (ε=hν). La película esta llega de citas literarias, muchas de ellas vinculadas a Jorge Luis Borges y Paul Éluard entre otros, y que insisten en marcar la diferencia entre las distintas formas de ver al ser humano y su relación con el tiempo y el espacio.

Y a todo esto, ¿qué tiene que ver esta película con la fotografía? Pues no pensaba yo que tuviese que ver nada. Pero de repente, el personaje principal saca del bolsillo de su eternamente puesta gabardina una Agfa Iso-Rapid IFEl enlace corresponde a una cámara similar pero no igual a la que vemos en la película.  , y se dedica a fotografíar a todo bicho viviente. He leído por ahí, que para dar más sentido de paradoja, a pesar de que se hace pasar al principio por periodista, precisamente va fotografiando temas no interesantes fotográficamente. Por ejemplo, mientras asiste a un espectáculo-ejecución en una piscina olímpica, en lugar de fotografiar las ejecuciones, va tomando imágenes de personas que asisten como espectadores a las mismas. O toma fotografías de gente que se encuentra por pasillos o escaleras. De cualquier cosa o persona. He de reconocer que apenas he llegado a deducir el simbolismo de la cámara y de estos actos. En cualquier caso, el aparato en cuestión fue una camara barata, respuesta a las Kodak Instamatic, que producía negativo cuadrados de 24 x 24 mm sobre película de 35 mm que venía en cartuchos especiales de fácil carga.

Como conclusión, una película que probablemente no sea adecuada al gran público, pero de indudable interés para el amante al cine de autor. Creo que tiene propuestas muy interesantes, y no hay que descartar la excelente utilización que hace de objetos y personas comunes para trasladarnos a un universo distinto, con una estética muy particular en muchos momentos Yo le pongo 4 estrellas: ****.

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